CRÓNICA
TULSA en Concierto, 29 de enero de 2022, por Miguel Díaz Herrero

Concierto de Tusla en el festival 'Canciones de invierno' ©Nacho Balancín de Blancos
Concierto de Tusla en el festival 'Canciones de invierno' ©Nacho Balancín de Blancos

Después de los dos conciertos del pasado verano, que en realidad servían para cerrar la primera edición de “Canciones de Invierno”, el pasado sábado volvía un nuevo ciclo del festival que pretende establecerse como un evento fijo en la agenda cultural de la provincia. Así lo explicó Pablo García Redondo, director artístico de “Canciones de Invierno” y alma del anhelado festival Ecopop, en su discurso inicial. Un discurso largo, pero acertado, de los que ponen el dedo en la llaga, y en el que defendió el derecho a vivir donde uno desee, así como el acceso a la cultura en las zonas rurales.

Y qué mejor manera de empezar la segunda edición que con Tulsa. Y es que la actuación de la cantautora vasca fue inicialmente programada para el 19 de marzo de 2020, y suspendida por las razones por todos conocidas. Miren salió a un escenario sobrio pero elegante (destacar el gran trabajo de los técnicos de sonido e iluminación), poblado apenas por su guitarra y las más de 150 personas que acudimos a la cita. Enseguida sonaron las notas de canciones como “Yo no nací así” o “La miel que pudo ser”, haciendo audibles y cristalinas esas letras crudas y certeras, con las que es imposible no identificarse en algún momento.

Muy comunicativa y cercana con el público desde el primer momento, para “Destrucción mutua asegurada”, segundo corte de su último y brillante disco “Ese éxtasis”, se acordó del conflicto entre Rusia y Ucrania. De cómo a veces por miedo, por inseguridad, optamos por salir huyendo de una relación en lugar de tratar de arreglar las cosas. Aprovechó también para reivindicar el valor de las mujeres a la hora de resolver conflictos: “Rusia se saca la chorra, Estados Unidos se saca la chorra… ¡una mujer, por favor!”

Pero las letras de Tulsa no sólo radiografían con precisión los efectos y las sensaciones provocadas por el amor, el desamor y el sexo, también el de otros (“Os oigo follar”). A veces ese “tú y yo” son observadores del tema artístico, como en “La boda”, que dedicó a la propia Marta Ortega, hijísima de cierto magnate textil. Para rebajar el cinismo (o no tanto) continuó con la bellísima estampa de “Los amantes del puente”, resignada crónica de (otra) relación que se acaba.

De nuevo, Miren dista mucho de ser una cantautora lastimera y conectó con el público en todo momento, tocando y cantando con energía, golpeando la caja de su guitarra en “En tu corazón sólo hay sitio en los suburbios”, y ayudándose de efectos de pedales y luces.

Antes de los bises, no faltaron dos de sus temas más celebrados: “Autorretrato” y “Oda al amor efímero”. Además, la cantante nos dio las gracias por estar viéndola a ella en lugar de la final de Eurovisión. Y es que ha sido realmente fascinante el interés generado en toda España por quién enviamos a un certamen que lleva siendo rancio más de cuarenta años.

Finalmente, la cantante atendió una petición de Pablo tocando “A mis brazos”, su preciosa versión del “Into my arms”, de Nick Cave, y se despidió con “Centauros”. Algo más de una hora de concierto, un comienzo perfecto y emocionante para un ciclo que se extenderá hasta el 2 de abril, con Zaruk, y entre medias las actuaciones de Sheila Blanco (19 de febrero) y Fetén Fetén (19 de marzo). Además, y dentro de las celebraciones con motivo del IV Centenario de la Beatificación y Patronazgo de San Pedro de Alcántara, se anunció también otro concierto el día 25 de junio (del que no se adelantaron más detalles) en el Santuario al que da nombre precisamente el patrón de la localidad.

Como abulense enamorado de Arenas, primero gracias a Ecopop y después a los dos bonitos años que viví allí, gracias de nuevo a la organización; Diego, Pablo y Lucía, a La POMPA E-motion y al Ayuntamiento de Arenas por apostar por este “Canciones de Invierno”.

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